No pasan desapercibidas. Y es que su intenso color azul, que recuerda el mar y atrae las miradas resultando casi hipnotizante. Las turquesas son piedras mágicas, repletas de historia y envueltas en muchas leyendas que la han convertido en la piedra preciosa de la felicidad y la fortuna. 

Cuando decimos que se trata de una piedra con mucha historia, no es en vano... Y es que, la turquesa es uno de los minerales más antiguos y de los primeros que se consideraron piedra decorativa o de adorno... 

Hoy en día, tras tantos años, es fácil ver cómo cada primavera - verano, regresa con fuerza, convirtiéndose en la protagonista de los outfits más frescos a través de todo tipo de joyas con turquesa: brazaletes, colgantes, pendientes, etc. 

En Hissia también hemos caído rendidos ante la magia de esta piedra y algunas de nuestras joyas la elevan como protagonista a través de diseños sutiles, minimalistas y con mucha personalidad; muy a nuestro estilo, ideales para la nueva temporada, pero también para cualquier momento del año, ya sabéis que apostamos por la atemporalidad.

Su color es el gran poder de esta piedra, que como decíamos, resulta hipnotizante, lo que sin duda, la dota del poder necesario para transformar cualquier look, dotándolo de originalidad, luminosidad y delicadeza. Además, se trata de un color realmente agradecido que permite infinidad de combinaciones con un amplio abanico de colores en función del resultado final que busquemos... 

Como cuidar las turquesas

Una verdadera joya es una fiel compañera que resiste impasible y bella a lo largo del tiempo, solo necesita los cuidados necesarios para no dejar de brillar... 

En el caso de las turquesas, debes tener en cuenta que es una piedra tan espectacular como sensible debido a su formación a base de fosfatos. Por ello, te recomendamos que la protejas de perfumes y/o cosméticos, ya que el contacto directo con este tipo de productos podría alterar su color. 

De la misma manera las turquesas son sensibles a productos químicos, por lo que no es aconsejable que recurras a ellos para limpiar la piedra. La parte positiva es que es una piedra muy agradecida y con solo un paño suave, lograrás hacerla brillar. 

También es importante el lugar en el que guardas tus joyas. Guárdala de manera aislada para evitar el roce con otros elementos que puedan rayarla.